EL ORIENTAL (09/may/1990)

EL ORIENTAL

Ostentando, el cuello cabelludo, calvo por el fuego
el oriental camina poseído por el instinto asesino.
Las venas de su cuello casi petrificadas
dejan ver su odio interno.
Su grito incomprensible murmura ciertas verdades
y otras tantas vergüenzas
- El no quiso matarte
- El no tiene la culpa
- El no está en su sano juicio
- El no es más que otra víctima
Su rostro sádico no deforma la idea de seguir adelante.
Tiene sed de sangre.
A cuchillo degüella la garganta del enemigo muerto.
La sangre arde.
La sangre arde como el ácido.
La sed nunca se acaba.

9-5-90