martes, 18 de noviembre de 2008

DESPUES DE COMER (feb/1989)

Cinco moscas compiten entre ellas a ser la más insoportable.
El vaso vacío es un manjar de azúcar para ellas.
Mi cigarrillo se consume por la acción del ventilador.
A veces miro y creo ver que está quieto, y es el techo el que
da vueltas.
La mesa sigue su formica e inmóvil vida, es increíble su estado,
de cara al techo recibe toda la gravedad.
Las moscas siguen siendo las únicas activas, todo lo demás ha
muerto en los estómagos de los comensales.
Ya se han ido todos y una pequeña luz se cuela por la ventana,
el calor es agobiante.

Febrero '89.

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