Nativos olvidados en un tiempo sin nombre
recuerdan asombrados las costumbres nuevas
revuelven excrementos y cráneos destrozados
por el paso del tiempo hacia el pasado.
No escuchan ni ven, solo recuerdan con sus manos,
sus narices húmedas por el constante olfateo
caen rojas y carcomidas en la mugre del suelo.
Ciegos de bastón blanco corean atrás de la calle
una vieja canción religiosa, son ateos, lo hacen
por gusto, por placer. Algunos guían a los nativos
con sus voces hacia los volcanes de nieve,
los ciegos se burlan y juegan.
El tiempo pasa hacia el tiempo, la putrefacción
es su destino, caen sin saber que su dureza es
espuma de carnaval.
No tienen música, solo unos grandes hoyos
por delante. La guerra los llevo a eso.
Nadie sabia lo que engendraban esas criaturas,
solo está seguros de su
m u e r t e.
02-07-91
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